"La tecnología vino para quedarse" por Verónica Spross de Rivera
Aunque se regrese a la escuela, la tecnología debe ser un medio que debe usarse.
Han transcurrido 15 meses desde el inicio de la pandemia en la mayoría de los países latinoamericanos, lo que conllevó el cierre de las clases presenciales por parte de casi todos los sistemas educativos. Las clases a distancia en 2020 y la modalidad híbrida son hoy el medio para educar a la mayoría de los niños y jóvenes, lo cual no ha resultado fácil para ellos ni para sus docentes o los padres de familia.
Como se destacó en el foro virtual organizado recientemente por el Diálogo Interamericano y el Banco Mundial, se incorporaron diversas modalidades para continuar la educación, incluyendo transmisiones en televisión y radio, guías impresas para estudiantes de áreas sin acceso a conectividad y recursos digitales donde ha sido factible por la disponibilidad de internet y de equipo tecnológico. Al final de cuentas, la mayoría de los estudiantes permanecen estudiando desde el hogar principalmente. Se han dado aperturas graduales de las escuelas, dependiendo de las condiciones de la pandemia en los diferentes países.
El uso de la tecnología ha venido a ayudar en los distintos procesos, desde la entrega pedagógica y desarrollo de destrezas para cada nivel y grado, así como también en los procesos de gestión educativa por medio del uso de plataformas digitales que contribuyen a poder impartir clases desde una plataforma, poner a disposición libros, recursos, ejercicios, materiales audiovisuales, entre otros usos. Sin embargo, la posibilidad de usar algún dispositivo no ha sido posible en todos los países ni para todos los estudiantes, aunque la mayoría de las familias dispone de un teléfono celular, el cual se ha convertido también en una herramienta para aprender.
Los docentes comprometidos con el aprendizaje de sus alumnos se comunican con ellos por medio de mensajes de SMS y por WhatsApp, medio por el cual se envían videos cortos, así como instrucciones para realizar tareas y actividades. Los padres de familia se han convertido en los mediadores de esas actividades educativas, de allí que el concepto del triángulo educativo hoy es más importante que nunca, donde los estudiantes, los maestros y los padres deben ir de la mano en esa ruta del aprendizaje y desarrollo de competencias. Quedó claro que debe fortalecerse la implementación de la tecnología para mayor acceso y calidad en los procesos tanto de conectividad como las herramientas al servicio de los niños, jóvenes y educadores.
El Banco Mundial en la presentación realizada por R. Hawkins abogó porque los sistemas educativos tengan en cuenta principios como los siguientes a la hora de invertir en tecnología educativa: 1) Preguntarse cuál es la visión y la estrategia del cambio educativo esperado. 2) Diseñar y actuar a gran escala y para todos, lo que significa que las iniciativas deben estar centradas en los estudiantes. 3) Empoderar a los docentes es clave, la tecnología debe ayudar a vincular más a los docentes y estudiantes a través de la mejora en el acceso a los contenidos, los datos y las redes, así como asistir a los docentes en su tarea de apoyo al aprendizaje de sus estudiantes. 4) Involucrar al ecosistema, lo que significa incorporar a la mayor parte de actores posible; la tarea de ayudar a los estudiantes a alcanzar los aprendizajes necesarios es de tal magnitud que requiere de alianzas y actores diversos. Aunque se regrese a la escuela, la tecnología debe ser un medio que debe usarse, por lo que la recomendación fundamental va por eliminar obstáculos para que los estudiantes la aprovechen.
https://elperiodico.com.gt/opinion/opiniones-de-hoy/2021/07/01/la-tecnol...
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