Directores con claro liderazgo
El trabajo de un Director comprometido y preparado para la labor que tiene a su cargo puede llevar a una escuela a ser dinámica y efectiva en cuanto al logro de aprendizajes.
La educación es un medio importante para que cada persona alcance su máximo potencial. Pero no se trata de educación a secas, sino debe ser una educación relevante, con vínculo a la vida diaria, que forme para ser ciudadanos en un mundo global, profesionales exitosos y que además contribuya a que los jóvenes adquieran las competencias y destrezas para la inserción laboral.
El desafío es que los centros educativos cuenten con docentes preparados y comprometidos, que se asista a un mínimo de 200 días de clase y que el tiempo en el aula se utilice bien, que se cuente con un currículo adecuado y actualizado, y que se cuente con los programas de apoyo para las escuelas, una infraestructura con sanitarios y cocina y sobre todo con un acompañamiento pedagógico que ayude a la mejora continua del centro educativo y del trabajo de los docentes en el salón de clase.
Todo ello resulta más factible si se cuenta con un director de centro educativo con liderazgo. Nuestro estimado Dr. Raymond Wennier nos señaló en su artículo Director: Líder Educativo que actualmente el papel del Director es hoy mucho más demandante de lo que fue en el pasado. Antes se imponían reglas rígidas para enfatizar los controles en el aula, orden y disciplina como base de la pedagogía fijada en el maestro, y un alumno que escucha, toma notas y repite.
Conforme avanzan los años la labor del Director se hace más compleja porque hay una exigencia de atender a cada estudiante conforme su realidad, su ser y su cultura. Las inteligencias múltiples hacen más compleja la labor del maestro, quien debe adecuar los procesos de aprendizaje para todos los estudiantes. La colaboración en el aula, trabajando en grupos donde se aprende de los demás es otro aspecto que hoy día se debe tomar en cuenta.
La llegada de las competencias del siglo 21 o destrezas para la vida hace más complejo el manejo del tiempo en la escuela, ya que deben lograrse las competencias esperadas para cada nivel y grado, pero a la vez deben irse desarrollando esas habilidades que nos permiten y facilitan la convivencia y el acceso a un empleo, como el respeto, la resiliencia, el trabajo en equipo, el desarrollo del espíritu emprendedor, así como la puntualidad o la capacidad de adaptarse a los cambios. El director es el responsable de liderar estos programas con el equipo docente a su cargo.
El Director de un centro educativo en el siglo 21 tiene frente a sí grandes retos y exigencias, por ello debe prepararse por medio de algún programa de gestión y liderazgo, que le permitan desarrollar su función con las herramientas y capacidades que le harán exitoso. Sin embargo, en nuestro país aún está pendiente implementar la Carrera del Director, la cual se vincula a la Carrera Docente, también en la lista de pendientes, y que a su vez está relacionada con la modernización de la Ley de Servicio Civil.
El trabajo de un Director comprometido y preparado para la labor que tiene a su cargo puede llevar a una escuela a ser dinámica y efectiva en cuanto al logro de aprendizajes. Como sociedad, debemos ponerle atención a este personaje que puede influir positiva o negativamente en la vida de miles de personas: los estudiantes a su cargo. Fortalezcamos su rol con la formación e incentivos alineados a la escuela de calidad que todos deseamos.
https://elperiodico.com.gt/opinion/2020/01/30/la-noche-del-colibri-2/
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