Balance en educación 2019
La reforma del nivel medio es también un tema en proceso que deberá ser apuntalado inyectándole energía para que la formación responda a las necesidades de los jóvenes en el siglo XXI.
Cuando está próximo a concluir el período de Gobierno y después de haber visto luces y sombras en la gestión, la mayoría de guatemaltecos nos preguntamos cómo estamos en educación. Las preguntas obligadas son: ¿Se logró mayor cobertura en los distintos niveles? ¿Están aprendiendo más los estudiantes? ¿Se ha reducido la repitencia? ¿Cuentan con libros y materiales en las aulas? ¿Ha mejorado la infraestructura escolar?
Se pueden hacer múltiples preguntas, aunque lo importante es contrastar los resultados con las acciones desarrolladas por el Ministerio de Educación, durante los cuatro años de esta administración de Gobierno. El logro más significativo parece ser el aumento de la inversión en los programas de apoyo a las escuelas, que incluyen los útiles escolares para estudiantes, la valija didáctica para docentes, la alimentación escolar, los fondos de gratuidad y el remozamiento de los centros educativos En 2019 se dedicaron 2 mil 138 millones de quetzales para implementar dichos programas que se ejecutan de forma descentralizada, transfiriendo recursos a las casi 30 mil organizaciones de padres de familia, OPF, las cuales se encargan de hacer las compras y de velar por la preparación de los alimentos para los estudiantes cada día. Actualmente, y debido a la Ley de Alimentación Escolar, se asignan cuatro quetzales diarios por cada estudiante de la preprimaria o la primaria.
En cuanto al remozamiento de la infraestructura escolar resulta positiva la implementación del V programa. Sin embargo, el problema radica en la falta de disponibilidad de recursos para que el número de escuelas remozadas cada año sea importante. Aunque en 2018 se remozaron cerca de 3 mil 200 escuelas, este año el número se redujo a 217, debido a la limitación de fondos, y a que los que existen se asignan prioritariamente al pago de salarios del personal docente y administrativo del Ministerio de Educación, que este año tuvo un aumento de diez por ciento respecto del año anterior, ello producto de lo fijado en el pacto colectivo de condiciones de trabajo.
La implementación de centros comunitarios de desarrollo infantil temprano, enmarcados en el programa Acompáñame a crecer, es una estrategia que podría tener un impacto grande para la niñez en su primera etapa de vida, de los 0 a los 4 años. Este año se formó a coordinadores y se publicaron las guías para la atención de los niños en su primera etapa de formación y que es cuando se desarrollan habilidades y destrezas que serán útiles a lo largo de toda su vida.
Una noticia interesante es que con los recientes datos del censo, la cobertura en los distintos niveles se eleva: En primaria sería del 104 por ciento, ello debido a la sobreedad, pues hay más niños en la primaria de los que hay en la edad reglamentaria para dicho nivel. En la preprimaria, siete de cada diez niños asisten a la escuela, lo que es buena noticia, pues falta hacer un esfuerzo para ampliar cobertura pero menor al que creíamos. En el ciclo básico también sube la cobertura, aunque aún la mitad de jóvenes no inicia el nivel medio. Ello acompañado a que la deserción escolar estaría en niveles similares a los de 2014, cuando estuvo más baja esta estadística.
Se reporta la incorporación de cerca de 1,200 centros tecnológicos para el aprendizaje, aunque aún hay desafíos para capacitar a los docentes en su uso; se promovieron ferias STEAM para promover el área científica, se continuaron los programas de formación de docentes en el nivel superior y el de profesionalización, habiéndose incorporado nuevos grupos a dicha formación, aún pendiente la evaluación de los programas. Fue positiva la apertura de la profesionalización para docentes de ciclo básico, con participación de tres universidades privadas. En cuanto al aprendizaje, hubo mejora de 11 puntos en lectura y de cinco puntos en matemática en los resultados de la evaluación a los graduandos, pero el ritmo de avance aún es insuficiente, si se toma en cuenta que solo uno de cada diez jóvenes tiene el nivel esperado en matemática y cuatro de cada diez lo tiene en lectura.
El mayor rezago se dio en los procesos de selección de los docentes pues no se implementaron claros criterios de meritocracia, no se logró implementar un sistema que considere a los mejores candidatos para cada puesto docente. Se continuó con un mecanismo que privilegia otros factores y no necesariamente la capacidad para hacer un buen trabajo en el aula. La reforma del nivel medio es también un tema en proceso que deberá ser apuntalado inyectándole energía para que la formación responda a las necesidades de los jóvenes en el siglo XXI.
https://elperiodico.com.gt/opinion/2019/12/19/otro-aumento-del-salario-minimo/
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