Migración, poder local y desarrollo
Para potenciar el desarrollo local es necesario que se generen las condiciones para mejorar en la propia comunidad.
La migración se da porque buscan una mejor condición. Buscan mejorar principalmente en lo económico, está apostando a que en otro lugar va a tener una situación de mayor bienestar, incluyendo ingresos, seguridad, acceso a la justicia y servicios como educación y salud.
Hay migrantes exitosos, que han logrado ser profesionales exitosos o tener negocios, que les permite cierto bienestar material. El éxito no es únicamente material. Un ejemplo es Melvin Falla, así como Marcos Antil quienes han alcanzado sus sueños a través del trabajo en el extranjero. La situación del país que los recibe es propicia para prosperar y que los esfuerzos se traduzcan en frutos, compartió recientemente Carroll Ríos de Rodríguez en un seminario en Quetzaltenango.
En el país abandonado hay consecuencias, como desintegración familiar, los parientes o hijos que se quedan crecen sin la figura paterna. Se da una feminización del hogar. También se da el drenaje de cerebros, ya que quienes emigran se llevan su creatividad y capacidad de innovación y dejan a nuestro país sin ese potencial. Y, entre lo que se percibe como positivo están las remesas, que tienen un impacto mixto, pues en algunos casos mejora las condiciones de vida en el hogar, pero también genera un desincentivo al trabajo.
Para el país elegido, los migrantes aprenden el idioma y costumbres, se integran a los deportes que allí se practican y aprovechan oportunidades educativas; pero eso se contrapone a conflictos culturales que pueden darse en ciudades o poblados donde hay una proporción importante de migrantes, también hay desempleo y falta de oportunidades, no todos logran realizar su sueño de trabajar con un gran salario. Hay un abuso del Estado benefactor, se genera un resquemor cuando los que llegan aprovechan los programas y servicios que son financiados por los ciudadanos que pagan impuestos en el país receptor.
Lo deseable es que las personas no tengan que emigrar porque en su comunidad hay condiciones para un desarrollo del potencial personal. Para potenciar el desarrollo local es necesario que se generen las condiciones para mejorar en la propia comunidad; es decir qué se requiere para que las personas prefieran quedarse en Guatemala en lugar de migrar a los Estados Unidos, que es el país preferido para cumplir el sueño de un futuro prometedor. Charles Tiebout habla de cómo la migración es como votar con los pies, cuando la persona está descontenta con el lugar donde vive, debido a inexistentes o deficientes servicios en relación al costo de los mismos o los impuestos que paga, decide migrar para lugares donde hay una mejor relación entre servicios disponibles y la carga de impuestos.
Mancur Olson habla de la lógica de la acción colectiva y de cómo las poblaciones compiten para tener las mejores condiciones que atraigan a las personas. Necesitamos en Guatemala soluciones creativas, adecuadas a la localidad, centradas en la persona, donde los municipios compitan por brindar seguridad, servicios de salud y educación de calidad y un ambiente propicio para que haya inversión y se generen empleos con buenos salarios.
En lugar de la migración, sea con el apoyo de coyotes o bajo el amparo de las caravanas, es más conveniente realizar los cambios en nuestro país para que las condiciones en las comunidades permitan el desarrollo pleno de cada guatemalteco. Su posibilidad de generar ingresos sea por medio de un empleo o realizando un emprendimiento, debe ser nuestro objetivo central. Un prerrequisito es contar con líderes en el gobierno central y local que sean honestos y responsables, trabajando con ahínco en la dirección correcta.
https://elperiodico.com.gt/opinion/2019/11/07/migracion-poder-local-y-desarrollo/
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