"Pedir al magisterio algo a cambio" por Mario A. García Lara

Pedir al magisterio algo a cambio

Limitarse a meter más dinero al sistema educativo sin pedir nada a cambio es hacer más de lo mismo.

La calidad de la educación en el país está por los suelos. Los resultados de las pruebas Pisa muestran las terribles debilidades del sistema educativo: el 90 por ciento de los alumnos de la edad de quince años tienen un bajo desempeño y no alcanzan el nivel mínimo de conocimientos y habilidades, ni en lectura, ni en matemática, ni ciencias. Las calificaciones de Guatemala son las más bajas del Continente (junto a República Dominicana). El reporte –publicado el año pasado– también establece que nuestro país tiene el cuarto nivel más alto de repitencia entre todos los países evaluados: antes de llegar a primero básico, el 36 por ciento de los estudiantes ya ha repetido por lo menos un grado. Quien quiera buscar un joven guatemalteco con bajo nivel educativo, debe buscarlo en las escuelas.

El magisterio nacional no puede estar satisfecho con los resultados de su trabajo. Y sus dirigentes sindicales deberían ser menos soberbios al celebrar la firma de un pacto colectivo cuyas prebendas y beneficios pocos de ellos merecen. Ese pacto colectivo nos costará a los contribuyentes más de Q4 millardos, que serán repartidos a todos los maestros –independientemente de su desempeño–, sin que a cambio se obtenga una mejora en la calidad educativa. Mucho dinero a cambio de nada.

No es gastando más dinero como se va a mejorar la calidad educativa, porque el problema de las aulas no es esencialmente financiero, sino político: los maestros son nombrados con base en normas clientelistas y no por mérito; el sindicato de maestros extorsiona a los gobernantes con su apoyo político e impide que los maestros incapaces y faltistas (que no deben ser la mayoría, pero sí muchos) sean sustituidos por educadores capaces y cumplidores, mientras que los líderes políticos prefieren tomarse fotos con el líder sindical o inaugurar escuelas sin ocuparse de lo que pasa adentro de ellas.

Limitarse a meter más dinero al sistema educativo sin pedir nada a cambio es hacer más de lo mismo. A cambio del pacto colectivo debería exigírsele a los maestros y al Ministerio de Educación que apliquen medidas efectivas, de bajo costo, para mejorar la calidad de la enseñanza: llevar controles (y publicar reportes) de asistencia-ausentismo de los maestros; realizar mediciones sistémicas de la calidad educativa y vincular a ellas los incentivos salariales; introducir mejoras a los enfoque pedagógicos; introducir contratos de corto plazo con los maestros y vincularlos con el desempeño de los alumnos en exámenes estandarizados.

Reformar el sistema educativo, renovar las escuelas y mejorar la calidad de la enseñanza deben ser prioridades de Estado. Eso conlleva premiar a los buenos maestros y penalizar a los malos. Solo así le logrará que más niños asistan a la escuela y que más jóvenes completen su educación secundaria (sin repitencia), lo cual les permitirá adquirir capacidades para desempeñarse en la vida, alejarse de la delincuencia, mejorar sus hábitos de salud y, en el futuro, obtener buenos empleos, lograr mayores ingresos y mejorar su calidad de vida.

https://elperiodico.com.gt/opinion/2019/01/28/pedir-al-magisterio-algo-a-cambio/

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