"La formación de jóvenes. Una responsabilidad insoslayable." Roberto Moreno
¡Quetzal1! Un grupo de estudiantes de diversas disciplinas aúnan su talento y trabajo en la Universidad del Valle para construir el primer satélite guatemalteco. Es impresionante todo lo que su creatividad y conocimientos les permiten hacer. No cabe duda que si los chapines tienen acceso a una educación de calidad y a un ambiente de aprendizaje retador, que cultive su capacidad y les dé las herramientas correctas, todo es posible. No hay barrera que no logren superar ni problema que no puedan resolver. Una de las mayores fortalezas de Guatemala es la juventud de su población, pues un altísimo porcentaje de la misma tiene 30 años o menos. Esto representa un impresionante potencial para el desarrollo del país, siempre y cuando velemos por su adecuada preparación. Si ellos adquieren conocimientos, destrezas, actitudes y valores sólidos, sus aportes a la economía nacional y a nuestra sociedad serán inconmensurables. Lograrán ser personas de bien, que aportarán al bienestar de sus familias y comunidades y que se desenvolverán como los ciudadanos éticos, comprometidos y responsables que tanto necesitamos. Por todo ello, no debemos escatimar ningún esfuerzo en su formación. Esa inversión es crucial. Si no la hacemos, desaprovecharemos una oportunidad única. No solo habremos fallado a los jóvenes, sino que nuestra sociedad habrá de seguir enfrentado el lastre que acarrea una mala educación. Es una vergüenza que la gran mayoría de quienes logran terminar la secundaria no posean habilidades básicas en lenguaje y matemática. Además, es deplorable que muchos no cuenten con las competencias requeridas para insertarse en el mercado laboral o para emprender un negocio por cuenta propia.
Hace unos días asistí a un conversatorio sobre modelos de cobertura y calidad para la formación de jóvenes en las ciudades intermedias, organizado por Empresarios por la Educación, Mejoremos Guate, la Fundación Friedrich Naumann, Alianza para Centroamérica y CIEN. Pese a la relevancia del asunto, la evidencia muestra que el sistema educativo no solo es incapaz de incorporar y retener a los estudiantes en la escuela, sino que no genera los aprendizajes esperados en quienes sí permanecen en la misma. El evento, aparte de brindar un estado de situación del tema y resaltar la ausencia de una política nacional de generación de fuerza de trabajo, permitió discutir algunos de los desafíos en las ciudades del futuro. Se trataron temas de interés, incluidos la vinculación entre la oferta educativa y la demanda de talento y el papel de las municipalidades en la educación de sus habitantes. Finalmente, el diálogo permitió comentar varios casos centroamericanos de programas innovadores dirigidos a este segmento de población, los cuales evidencian que es viable hacer las cosas bien si se cuenta con voluntad política, ingenio y altas expectativas. Los programas que impulsan la alcaldía de Puerto Cortés en Honduras y Panamá Bilingüe son muestra de ello. Asimismo, las iniciativas impulsadas por el Programa Valentina, la Fundación Novella y la Asociación de Exportadores de Guatemala también demuestran que un enfoque bien esbozado, que reconozca lo que los jóvenes ya saben, acredite sus competencias, simule ambientes de trabajo, les inyecte una energía distinta y favorezca su inserción laboral, generan resultados positivos. Además, lo más importante, introducen una dinámica renovada, favoreciendo que los jóvenes crean en sí mismos y que posean un horizonte más amplio, que les haga ver que ellos son capaces de hacer todo lo que se propongan.
https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/10/19/la-formacion-de-jovenes/
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