"Recuperación y aceleración del aprendizaje" por Verónica Spross de Rivera

"Recuperación y aceleración del aprendizaje" por Verónica Spross de Rivera

Es momento de priorizar la recuperación y actuar de manera innovadora para acelerar el paso. 

Ahora que la crisis del COVID-19 está en su fase final o desescalada de las medidas sanitarias, es un buen momento para adoptar medidas urgentes para apoyar a los niños y jóvenes para recuperar el tiempo perdido en su educación y lograr avanzar a un ritmo más rápido en el desarrollo de las destrezas que requieren para la vida.

En nuestro país, al igual que casi en todos los países de América Latina, tenemos tres aspectos que abordar: 1) Reconocer los grandes desafíos en aprendizaje que se tenían antes de la pandemia; como indica el Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE), desarrollado por UNESCO en 2019, ocho de cada diez estudiantes guatemaltecos de sexto grado demostraban insuficientes destrezas en lectura, por dar un ejemplo. 2) Observar que la pandemia vino a profundizar y agravar los desafíos del sistema, como la dificultad de desarrollar una formación integral. Se hizo necesario focalizar en ciertas áreas curriculares, mientras las destrezas blandas no pudieron desarrollarse.

En tercer lugar, se dieron lecciones y resultados de la crisis que merecen ser entendidos y fortalecidos a futuro, como reconocer la alimentación escolar como elemento para la inscripción y retención en la escuela, que se comprueba con una mayor tasa de cobertura en el nivel preprimario. La participación de los padres de familia y el establecimiento de alianzas para apoyar a la educación son elementos que deben consolidarse y mantenerse en los programas educativos. 

El regreso a clases presenciales que se viene dando por medio del esquema de grupos o burbujas es importante, porque recupera la relación docente-alumno, que es clave para fortalecer el aprendizaje. Recordemos que el papel del maestro hoy día debe ser más de un facilitador, orientador, mediador y guía para que el alumno construya su propio aprendizaje, desarrolle las competencias y destrezas según el grado en el que está actualmente. 

La evaluación diagnóstica que se llevó a cabo en 2021 a graduandos señaló que, según una muestra de 27 mil estudiantes que participaron voluntariamente, el 32 por ciento tuvo el nivel esperado en lectura y el 17 por ciento el nivel esperado en matemática. Por otra parte, la evaluación diagnóstica realizada a estudiantes en los centros educativos para conocer su nivel de rezago señaló que tres de cada diez alumnos se encontraban en el área de oportunidad o requieren refuerzo y apoyo para nivelar sus destrezas.

De allí que la propuesta de brindar un acompañamiento personalizado a cerca de 600 mil estudiantes es muy importante. A nivel regional y principalmente desde una iniciativa del BID, así como de diversas organizaciones, fundaciones y programas ministeriales, se plantean las tutorías como un recurso para lograr ayudar a quienes no alcanzaron el nivel. Es clave pensar que estas deben ser un complemento al plan del centro educativo para los esfuerzos de recuperación y aceleración de los aprendizajes de los estudiantes. El apoyo en voluntarios, así como el uso de materiales impresos y recursos digitales, deben acompañar la estrategia. Las tutorías presenciales son más eficaces que las que se realizan por medio virtual o telefónico; sin embargo, hay evidencia de que las tutorías por teléfono ayudan y apoyan en el componente socioemocional también. Así pues, es momento de priorizar la recuperación y actuar de manera innovadora para acelerar el paso. 

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