Desde marzo de 2020 en que se generalizó la pandemia, las escuelas cambiaron. En primer lugar, la presencialidad cesó. Los estudiantes siguieron su proceso educativo a distancia, situación que se prolongó mucho más allá de lo esperado. La respuesta de los centros educativos fue muy variada, algunos introdujeron innovaciones, otros se adaptaron a nuevas condiciones y otros generaron cambios necesarios. Pero, también hubo algunos que no se esforzaron más allá del mínimo trabajo.
A partir del Reconocimiento de la red latinoamericana por la educación, REDUCA, se identificó a instituciones educativas de los países miembros de la red que destacan de manera especial por sus estrategias y prácticas innovadoras. En un conversatorio con los directivos de esas instituciones se identificaron aprendizajes y desafíos vividos en la región latinoamericana. A continuación se mencionan algunos aspectos relevante mencionados en el conversatorio realizado con estos geniales directivos.
Los espacios educativos cambiaron, las salas de casa, los comedores y las cocinas se convirtieron en las aulas durante la pandemia.
Muchos maestros se convirtieron en esos héroes que ayudaron a los niños para continuar su educación.
Cambió la forma de evaluación, con el propósito de valorar los esfuerzos de los estudiantes, todo lo que estaban haciendo desde casa durante la pandemia.
El retornar fue un desafío muy grande, especialmente con los niños pequeños de preescolar. Brindar un espacio seguro cálido, donde el padre de familia se sintiera cómodo de dejar a su hijo o hija.
Aprovechamos más la tecnología y los recursos digitales para apoyar a los niños y jóvenes.
Ahora se cuenta con mayor participación de las familias en las escuelas y en los procesos de aprendizaje. En muchos casos, los padres ayudaron a adecuar los espacios para el retorno seguro a la escuela.
Se aprovechó la pandemia para introducir nuevas estrategias de aprendizaje y se incorporó el apoyo socioemocional a los alumnos y sus familias. Este es quizás el aspecto más favorable de lo que hemos vivido en los tres años más recientes. Quedamos pues con una comunidad escolar más estable, más unida y más participativa. Esta situación debe valorarse y consolidarse en el retorno a la presencialidad plena que se tendrá en 2023. Esperamos que de aquí en adelante no se olvide que el centro de todo esfuerzo es el estudiante y su aprendizaje, mirando hacia el futuro.
https://elperiodico.com.gt/opiniones/opinion/2022/12/01/que-paso-en-las-...
Añadir nuevo comentario