No al pacto colectivo de educación
Entre tanta distracción, en especial los eventos mediáticos y de corto plazo que suceden en el país, posiblemente el tema más importante de abordar es el nuevo pacto colectivo entre el Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala (STEG) y el Ministerio de Educación (MINEDC), firmado en febrero.
Nos disgusta que el Presidente por medio de la Secretaría de Asuntos Administrativos y de Seguridad (SAAS) haya obtenido unos lentes Carolina Herrera de Q21,900 mil, o que que el Ministro de Ambiente haya ido a votar en helicóptero a Santiago Sacatepéquez, a tan solo 30 kilómetros de la capital, pero lo que más indigna es el compromiso adquirido por parte del Gobierno con el STEG que asciende a un costo total de Q.4,909.4 millones, pagadero en tres años.
Los pactos colectivos en el sector público se han convertido en un botín político.
Fueron creados para mejorar las condiciones de los trabajadores, sin embargo, en la última década se han utilizado para aumentar masivamente los salarios de los trabajadores en componenda con los políticos de turno o los que vendrán, sin premiar el mérito ni la mejora de los servicios públicos.
También incluyen una serie de bonos, días de asueto, seguros de salud, becas y muchos privilegios para los trabajadores y especialmente los líderes sindicales, que lejos de mejorar la calidad del gasto se ha convertido en una deuda para las futuras generaciones.
El pacto con el magisterio aún no se ha homologado por el Ministerio de Trabajo, sin embargo, el maestro Joviel Acevedo ha realizado una serie de marchas, llamando a paros de clases y tomado algunas direcciones departamentales para que se le otorgue los beneficios pactados.
Aunque se desconoce su contenido a detalle, el Ministerio de Finanzas señaló que el costo financiero del pacto para el año 2018 sería de Q.1,041.7 millones, Q.1,627.4 para el 2019 y Q. 2,240.3 para el 2020. Esto debido a tres acciones:
- Un incremento del 5% sobre el salario vigente de los maestros para los tres años.
- Un aumento del 5% sobre el salario normal vigente para los trabajadores administrativos, también por tres años
- Para los docentes que se graduaron como profesores del Programa Académico de Desarrollo Profesional Docente (PADE/D) un bono mensual de Q.500 para el primer año, Q.600 para el segundo y Q.700 para el 2020 –este sin evaluar los resultados en el aula.
La semana pasada el Ministerio de Finanzas solicitó una ampliación del presupuesto al Congreso de Q.961,7 millones para pagar el primer año, ya que el Ministerio de Educación cuenta con un ahorro de 80 millones para este año.
Está demostrado que los pactos colectivos solo benefician a los trabajadores y no a los usuarios.
En estos diez años debido a los pactos el gasto de funcionamiento del MINEDUC creció de Q.6,396.7 a Q.13,809.9 (más del doble) sin ningún resultado para los alumnos, ni para el millón de niños y jóvenes que están fuera de la escuela. La tasa neta de cobertura de la preprimaria ha bajado de 49% a 46% y la de la primaria de 95% a 78%. La calidad educativa no mejora. En la prueba diagnóstica de los graduandos de 2017, solo uno de cada 10 logra el examen de matemática y tres de cada 10 la de lectura.
No debemos permitir que se sigan aprobando pactos colectivos de este tipo, son lesivos para el país. ¡Basta ya! Exijamos al Congreso que no se amplíe el presupuesto para el 2018.
Definitivamente la educación necesita más recursos, pero éstos deben asignarse con base a un plan de ampliación de servicios y mejora de la calidad educativa, y no beneficiando exclusivamente a 134 mil trabajadores y un puño de sindicalistas. Si se le otorga un bono a fin de año al maestro, que sea porque la mayoría de sus alumnos aprendieron más o porque impartieron un curso de vacaciones.
Los aumentos a los docentes no deben responder a un sistema de chantajes, extorsión y politiquería condenado al país a una educación mediocre, sino a uno de carrera y mérito por resultados. Es momento que la inversión educativa beneficie a los niños, niñas y jóvenes del país. ¿Está de acuerdo con los pactos colectivos? ¿Le gustaría un sistema que beneficie al maestro que se esfuerza y logra la mejora constante de sus estudiantes? ¿Le indigna que gastemos alrededor de Q.5,000 millones en los próximos tres años en educación sin ningún resultado?
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