MIGRACION 2.0 por Verónica Spross de Rivera

Migración 2.0

Los programas sociales solo son paliativos temporales, pero no solucionan el problema de fondo.

La migración hacia los Estados Unidos está motivada principalmente por el beneficio económico que genera. Nuestro país es el segundo receptor de remesas de Latinoamérica. Se espera concluir el año con los 10 mil millones de dólares por este concepto. Y, la mayoría de recursos llegan a las familias de migrantes que salieron de regiones de mucha pobreza donde las oportunidades de obtener un empleo son escasas.

Sin embargo, hasta hace algunos años era relativamente fácil poder cumplir con el sueño americano, donde todo el que trabaja duro puede salir adelante, con ingresos que resultan de ocho a diez veces lo que podría lograrse en Guatemala. Hace un par de meses encontré en un vuelo de México a Ciudad de Guatemala a Pedro, un joven de Nebaj, Quiché, que estaba siendo retornado desde el vecino país a su patria, después de haber sufrido mucho en Ciudad Juárez donde fue capturado y estuvo detenido por varios meses, hasta el punto de haber enfermado, motivo por el cual le permitieron volver por vía aérea, un privilegio al cual pocos pueden acceder. Era su día de suerte, regresaba vivo a su casa, ansiando ver a su esposa e hijos.

Le pregunté a Pedro por qué había decidido emigrar hacia el Norte, cuál era su motivación. A todas luces era una consideración económica la que lo había llevado a tomar la decisión de abandonar a su familia y partir hacia un lugar donde podría tener ingresos mayores para brindar un mejor futuro a su familia. Pedro había estudiado para ser maestro, pero no había aún logrado incorporarse al Magisterio Nacional, siendo contratado por el Ministerio de Educación o por algún centro educativo municipal o privado. En cambio, había estado trabajando por un tiempo como piloto de bus extraurbano.

Pedro escasamente había salido de su municipio cuando decidió aventurarse junto con otros amigos en una travesía que concluyó en una frustración aún mayor a la que ya tenía debido a las escasas oportunidades de laborar en su región. Ahora retornaba muy angustiado por la deuda contraída con el “coyote” que le había ayudado a realizar el viaje, a él y a otros amigos, de quienes no tenía noticias, pues les habían separado y se encontraban en otro centro de detención en México, muy cerca de la frontera entre México y Estados Unidos.

La pregunta que quedó rondando en mi mente es cómo poder brindarle la oportunidad de trabajar a Pedro, pues él a diferencia de otros guatemaltecos que crecen en el área rural sí había logrado completar su educación diversificada, pero no había empleos disponibles por la escasa inversión en algunos territorios. La gran interrogante es cómo logramos que se generen suficientes empleos en Quiché, Huehuetenango o Alta Verapaz por ejemplo, que tienen miles de jóvenes con escasas oportunidades. Debemos mejorar la formación técnica y propiciar la inversión facilitándole la vida al empresario especialmente si su proyecto productivo está basando en la contratación de recurso humano.

No hay otra salida para evitar la migración sino promover las condiciones para que en las regiones los empresarios pequeños, medianos o grandes se animen a poner una empresa o hacer crecer a la que ya tienen. Los programas sociales solo son paliativos temporales, pero no solucionan el problema de fondo: –cómo crear empleos por medio de la inversión y el emprendimiento. Recordemos que la mejor política social es un buen empleo, y en el propio país… Y, el que desee irse, deberá optar por aplicar a las visas de trabajo temporales, un paliativo a la necesidad económica de los guatemaltecos, más no una solución de fondo.

https://elperiodico.com.gt/opinion/2019/08/08/migracion-2-0/

 

 

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