"Medición del desarrollo de la primera infancia" por Verónica Spross de Rivera
Desde hace más de una década se ha venido hablando de la importancia de la atención a la primera infancia, en el marco del combate a la desnutrición crónica. En Guatemala se han implementado distintos programas para promover el desarrollo infantil temprano en las diferentes administraciones de gobierno. Pero, el desafío de una atención integral a todos los niños de 0 a 6 años persiste, enfatizando sobre los 0 a 3 años, etapa clave que incide en la trayectoria escolar de las personas y su desarrollo integral a lo largo de la vida.
La educación inicial de calidad es uno de los componentes clave de la atención a la primera infancia, a la par de las acciones en salud, desde la atención a las madres embarazadas, la Ventana de los Mil Días, que incluye suplementos nutricionales, control del crecimiento de todos los niños (control de talla y peso) y vacunación, entre otros. La calidad pedagógica es clave para la calidad de la educación temprana.
El Diálogo Interamericano, desde su área de educación, ha impulsado desde hace varios años la revisión, análisis y fortalecimiento de las políticas de primera infancia, a la par de la constitución de alianzas que se formen para trabajar en conjunto en favor del desarrollo integral de la niñez. En colaboración con la Alianza por la Nutrición y diversas fundaciones se está analizando cómo se mide el desarrollo infantil temprano y cuál es la ruta a seguir.
El desarrollo infantil, según la experta colombiana Carolina Maldonado Carreño, es un sistema complejo de relaciones afectadas por múltiples contextos con diferentes niveles de influencia. La calidad de la educación inicial se divide en dos aspectos: a) Estructural, tiene que ver con los materiales, el talento humano que participa; b) Proceso, tiene que ver con las experiencias e interacciones que los niños encuentran todos los días en los contextos donde se encuentran, sea la familia o el centro de desarrollo infantil temprano.
Otro factor esencial es incorporar a diferentes grupos de interés para que la medición del desarrollo infantil temprano se dé exitosamente. Acordar qué queremos medir, cómo lo haremos y de qué forma deseamos usar los resultados. La información debe servir para tomar decisiones de mejor forma, en la implementación de proyectos o en el diseño y formulación de políticas públicas y estrategias.
En Colombia, bajo el programa De Cero a Siempre se ha incorporado la medición nacional del desarrollo infantil temprano en una muestra representativa. Entre 2017 y 2019 realizaron un prepiloto y un piloto para llevar a cabo el estudio nacional en 2021.
La medición de las acciones permite hacer seguimiento a las políticas de educación inicial. Se debe identificar fortalezas, retos y necesidades de mejoramiento; generar información para responder a nuevas preguntas. Los datos nos ayudan a aprender y mejorar, crean una cultura del aprendizaje. Orientan los cambios requeridos en un programa. Es clave la participación de los padres de familia para el éxito de los programas, así como también en la medición del desarrollo infantil temprano. Ellos impactan el futuro de sus hijos.
Fuente: https://elperiodico.com.gt/opiniones/opinion/2022/11/10/medicion-del-des...
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