La función del docente continúa siendo el factor más importante para alcanzar la calidad educativa. Diversos estudios señalan que un buen maestro puede cambiarle la vida a mil estudiantes que durante su vida laboral pasan por su aula. La oportunidad de hacer un cambio social está en las manos de los docentes; de ahí la importancia de fortalecer esta valiosa profesión. Cada mes de junio se presenta la ocasión para felicitar a los docentes por su trabajo y reflexionar sobre las políticas y programas que enmarcan la labor magisterial.
¿Qué ha pasado en Guatemala con la profesión docente en la última década? Por un lado, hay algunos avances, como haber impulsado la formación inicial docente en el nivel superior. Éramos de los pocos países en América Latina que aún formaban maestros en el nivel medio. Ahora, ya el primer grupo de estudiantes se encuentra en el segundo año de la universidad, de donde saldrán en 2018 con el título de profesor de educación primaria. Sin embargo, dicha reforma no ha estado exenta de desafíos; por una parte, debe revisarse el pénsum e implementación de la carrera para lograr los mejores resultados, y por otro, debe sistematizarse su financiamiento a la par de institucionalizar la participación de todas las universidades del país en el proceso de formación docente.
En segundo lugar, se ha venido desarrollando el programa de profesionalización docente, conocido como Padep, el cual se orienta a la formación en servicio de los maestros de primaria, quienes deben cursar dos años en la Universidad de San Carlos para obtener un profesorado. Las evaluaciones que Digeduca ha realizado al programa indican que se ha logrado un mejor trabajo en el aula por parte de los docentes que han participado en la profesionalización, cuentan con más recursos pedagógicos y usan una metodología centrada en los estudiantes. Sin embargo, entre sus desafíos están lograr que el docente planifique de manera distinta sus clases, y verificar cómo se está realizando el acompañamiento pedagógico a los docentes participantes. También hay desafíos en cuanto a su financiamiento que no ha sido sistemático.
El tercer ángulo de las políticas docentes que estaría pendiente es la implementación de una nueva carrera magisterial. En primer lugar, es fundamental dar un salto cualitativo para mejorar la selección de los maestros incorporando el mérito como principal elemento en el proceso de evaluación y contratación. Asimismo, es importante introducir incentivos alineados al desempeño, lo cual requiere que se implemente una evaluación del trabajo del maestro en función del aprendizaje de sus estudiantes. Un gran reto es usar el tiempo disponible con mayor efectividad en todas las escuelas.
Elevar la calidad de la educación es un desafío grande, pues los resultados de las pruebas nacionales indican deficiencias importantes, especialmente en la secundaria. Pocos jóvenes alcanzan el nivel esperado en matemática y lectura, muchos se gradúan con título de diversificado sin tener las competencias esperadas. Hay, sin embargo, un efecto positivo, derivado de los resultados de las pruebas nacionales en sexto grado de primaria. Entre 2010 y 2013 se percibe una mejora de 10 puntos en lectura. Vamos en la dirección correcta, pero debemos acelerar el paso, pues aún son solo cuatro de cada diez alumnos quienes demuestran el nivel esperado en lectura al concluir la primaria.
Los docentes enfrentan un contexto que no está exento de dificultades y desafíos. Sin embargo, una actitud distinta de apoyar a todos sus alumnos para que aprendan hace la diferencia. Felicidades a todos los maestros que se esfuerzan al máximo y que hacen su labor con una actitud positiva.
Foto: Empresarios por la Educación
Fuente: Artículo escrito por Verónica Spross de Rivera en Siglo 21, el 22/06/2016
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