Hoy, 21 de febrero, inició el ciclo escolar para los centros educativos públicos, los cuales totalizan 34,010. Las comunidades escolares han realizado grandes esfuerzos para adaptar las condiciones de estos con el objetivo de que los niños y jóvenes puedan asistir presencialmente. La escuela tiene un papel clave en el desarrollo integral de los alumnos.
Sin embargo, con gran preocupación se observó que la nueva metodología de medición del semáforo epidemiológico por COVID-19 ha derivado en que un mayor número de municipios se encuentren en alerta roja, imposibilitando que los estudiantes y docentes regresen a las aulas.
Las autoridades del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social y del Ministerio de Educación han señalado la importancia del regreso a clases presenciales. Por tanto, se plantea necesario alinear los esquemas normativos que incluyen la metodología de medición de la alerta sanitaria y se propone el retiro progresivo de restricciones en favor de que las escuelas puedan iniciar actividades presenciales cuanto antes, considerando en todo momento las medidas de bioseguridad. Ejemplo de ello ha sido la flexibilidad y apertura en otros sectores menos esenciales.
Es urgente priorizar la educación de los 4.1 millones de estudiantes para el mejoramiento de los aprendizajes y recuperar las destrezas no alcanzadas. Unámonos por el futuro de los niños y jóvenes asegurando una educación presencial de calidad. La educación no debe quedar rezagada más tiempo
Que cada minuto destinado al aprendizaje sea aprovechado
Por los niños, por Guate y por su futuro
Razones para el inmediato regreso a clases
- Apoyar a los niños más vulnerables que no tienen acceso a medios tecnológicos para una adecuada educación remota.
- Los contagios no vienen de las escuelas, sino de actividades sociales o recreativas en general.
- Para los menores de 20 años, el COVID-19 tiene menor complicación que una influenza estacional. (Ver gráfica #1. Fuente: John Burn-Murdoch)
- Es más dañino para niños y jóvenes en corto, mediano y largo plazo el retraso educativo que el riesgo de la enfermedad.
- Los niños están más expuestos hoy circulando sin la supervisión adecuada en mercados, plazas comerciales, etc. Mientras las escuelas deben aplicar protocolos y cuentan con los recursos que recibe la Organización de Padres de Familia (OPF) para insumos de desinfección.
- Según UNICEF, el COVID-19 tiene una baja letalidad en niños.
- Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), de los casos diagnosticados de COVID-19, el 1.2% se corresponde con menores de cuatro años; el 2.5%, con niños entre cuatro y 14 años; y el 9.6%, con los jóvenes de entre 15 y 24 años. Por el contrario, el 64% de infecciones detectadas se han producido en personas de entre 25 y 64 años y algo más del 22% en mayores de esta última edad.
- Las escuelas son el lugar seguro, ya que fuera de éstas se padece relacionados con permanencia en la calle o violencia intrafamiliar. Si los padres trabajan, muchos niños permanecen solos con la respectiva vulnerabilidad que ello conlleva.
Gráfica 1: Comparación de la letalidad del COVID-19 vrs influenza estacional por grupos de edad.
Fuente: Elaboración por John Burn-Murdoch con base en datos proveídos por la Oficina Nacional de Estadísticas de Reino Unido
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