El debate sobre el tema está vigente. Ya Virgilio Álvarez y Salvador Paiz han brindado elementos para el análisis y han planteado la importancia de darnos licencia para hacer acuerdos en torno a la importancia de la formación inicial docente. Recientemente, estuvo en nuestro país, la doctora Beatrice Ávalos, experta chilena, que ha trabajado por muchos años en este tema habiendo contribuido en la elaboración del Marco de la buena enseñanza en su país. Ella participó en la conferencia Formación inicial docente a nivel universitario, evento organizado por la Gran Campaña Nacional por la Educación y el Observatorio Nacional de la Calidad Educativa, con el apoyo de Asíes y Empresarios por la Educación.
La formación docente ha sido un tema clave a nivel internacional y ampliamente discutido como un factor clave para mejorar la calidad educativa. La Unesco ha establecido una estrategia regional que incluye elevar los niveles de ingreso a la docencia, fortalecer la calidad de los programas de formación docente, formación para el trabajo con grupos sociales desfavorecidos y sistemas apropiados que regulen la calidad educativa.
En nuestro país desde hace ya cerca de una década se ha venido impulsando una reforma al subsistema de formación inicial docente. Se han dado pasos importantes, sin embargo, para potenciar la adecuada formación docente el país debe darle la importancia y prioridad a la educación y continuar la reforma para avanzar con paso firme en la dirección de llegar a contar con docentes más preparados y competentes para la labor en el aula. Debe haber una creencia del rol clave que juegan los docentes y un compromiso con el tema, una concepción clara de lo que se requiere para una buena formación y reconocer los factores condicionantes.
Un punto fundamental dentro del tema es reconocer que el sistema educativo debe atraer a los mejores candidatos a la docencia. Es necesario atraer a los jóvenes graduados de la secundaria que tengan los mejores conocimientos y habilidades, pero también que cuenten con un alto potencial de formarse y tengan vocación de servicio y deseo de contribuir a la sociedad.
Los mejores maestros requieren de una gama de conocimientos para desempeñar mejor su labor. Esto incluye conocimientos pedagógicos en general, conocimientos del currículo, del contenido específico, deben conocer a sus alumnos y sus características. Así también es importante que conozcan el contexto educativo en su aula, su escuela, la sociedad, cultura y el tema de valores.
Las competencias primordiales que un buen maestro debe tener se pueden estructurar conforme a cuatro estándares. El primero corresponde a la preparación, que incluye la familiarización con conocimientos y experiencias previas con sus estudiantes. Segundo, el ambiente, donde el maestro establece relaciones empáticas con sus alumnos. Tercero, la enseñanza en sí, en la que el maestro procura que el contenido de la clase sea comprensible para todos los estudiantes. Cuarto, la posenseñanza, en la cual el docente evalúa el grado en que se alcanzaron las metas de aprendizaje.
Los cambios son procesos lentos y complejos, los resultados no se ven rápidamente, sino son a largo plazo. Guatemala debe valorar lo que ya inició, como primer paso para luego mejorarlo, institucionalizarlo pero en un marco fortalecido. Esto debe ir acompañado de un riguroso sistema que monitoree la reforma y corrija los problemas. Se requiere en paralelo trabajar en la carrera docente y en la evaluación del desempeño, como elementos complementarios.
Foto: Empresarios por la Educación
Fuente: Artículo de Verónica Spross de Rivera en Siglo 21, 08/07/2015
Verónica Spross de Rivera es Directora Ejecutiva de Empresarios por la Educación
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