"Escuelas efectivas y seguras" por Verónica Spross de Rivera

Todo niño y joven debe tener la oportunidad de contar con una educación pertinente y de calidad, en una escuela segura y que cuente con un ambiente adecuado para el aprendizaje es lo que señalan los distintos estudios y propuestas vinculadas al desarrollo humano. La tragedia ocurrida ayer en la comunidad de Las Marías, perteneciente al municipio de Chiquimulilla, en el departamento de Santa Rosa, en la que unos delincuentes entraron a la escuela y asesinaron a un maestro enfrente de sus alumnos, constituye un hecho deleznable, que contradice a todas luces la situación que quisiéramos tengan los alumnos en los centros educativos.

Los niños y adolescentes necesitan un lugar seguro para aprender y jugar. Alrededor del mundo, las crisis, emergencias y la violencia ponen en riesgo la seguridad de los estudiantes, docentes y personal que labora en los centros educativos. La violencia en y alrededor de las escuelas afecta negativamente la educación de millones de niños, poniendo en riesgo su seguridad y su posibilidad de construir vidas productivas y con sentido. América Latina es la región que tiene los índices de mayor violencia, con tendencia a un aumento de los hechos violentos conforme transcurren los años, con algunas excepciones donde han mejorado la seguridad ciudadana.

Las causas más significativas que afectan a los estudiantes y a los centros educativos son la presencia de grupos criminales, pandillas y disponibilidad de armas en los alrededores de los mismos. Los efectos son un sentimiento de inseguridad que a la larga se refleja en ausentismo y deserción. Algunas familias se ven obligadas a trasladar su residencia a otro lugar, lo que redunda en que los alumnos abandonan la escuela, muchas veces a mitad del ciclo escolar, sin posibilidad de continuar sus estudios en otro centro educativo.

Según un estudio reciente de Unicef, el 60% de los estudiantes guatemaltecos padecen temor cuando asisten al centro educativo y 23% ha padecido algún hecho de violencia. En cuanto a los maestros, el 30% ha sido víctima de hechos delictivos o conoce a alguien que ha padecido extorsiones por parte de pandillas. Dichas extorsiones ocasionan miedo e inseguridad, que redundan negativamente en la formación y aprendizaje de los alumnos. La violencia extrema, según el estudio, puede desembocar incluso en muerte. En nuestro caso, es dramática la situación en muchas escuelas e institutos de áreas periurbanas en diversas ciudades del país, por la presencia de maras y grupos delincuenciales, lo que se suma al problema de riesgo que se vive en el transporte urbano, ahora agravado con las bombas mortíferas que han aparecido.

La oficina regional de Unicef para Latinoamérica y el Caribe y la Coalición Empresarial Global para la Educación han lanzado una invitación a los distintos actores para sumarse a la iniciativa Escuelas y Comunidades Fuertes, que busca identificar y fortalecer políticas que de manera efectiva creen centros educativos seguros y protejan los ambientes para el aprendizaje; apoyar a los gobiernos a asegurar que los centros son seguros para los alumnos; promover un diálogo abierto entre las familias, niños y adolescentes, autoridades, el sector privado y las comunidades para llevar a cabo acciones inmediatas así como respuestas que en el largo plazo aseguren que la oportunidad de estudiar con calidad es una realidad, para cambiar el futuro de millones de alumnos.

 

Foto de Empresarios por la Educación

 

Fuente: Artículo de Verónica Spross de Rivera en Siglo 21, 16/03/2016

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