El jarrón se rompió
El jarrón se rompió, podemos hacer uno nuevo, más moderno, que incorpore innovaciones y sea funcional.
Cuando un jarrón se rompe, hay dos alternativas. Una, sería pegar con pegamento las distintas partes procurando que quede similar a como era antes de quebrarse. Sin embargo, por muy buen trabajo que se realice nunca va a quedar igual a como era antes de su accidente. La segunda implica deshacerse del jarrón quebrado y pensar en utilizar uno nuevo, ya sea elaborándolo como pieza de cerámica o de vidrio o comprar uno que nos parezca útil y decorativo. La ventaja de la segunda opción es que se puede buscar un jarrón más bonito y mejor que el jarrón roto.
La pandemia del COVID-19 vino a romper muchos esquemas. Lo que antes era la realidad hoy ya no es necesariamente la situación a la cual deseamos volver. Estamos frente a la oportunidad de reinventarnos, de hacer las cosas de forma diferente, con mejores sistemas, más tecnología, menos malgasto, enfocados en resultados. En fin… podemos construir lo que siempre hemos soñado. Esto es de tomarse en cuenta al revisar y repensar el sistema educativo, pues la nueva normalidad nos exige pensar de forma distinta.
En el seminario virtual organizado por Profuturo y la OEI denominado “Los retos de la docencia en el actual contexto de crisis” los panelistas, especialistas en Educación con amplia experiencia en España y a nivel internacional, comentaron que el docente en esta nueva etapa debe tener una identidad ciudadana y una identidad como facilitador del aprendizaje, así como tendrá un rol conector. El nueva visión del rol del docente es la de un aprendiz permanente, siempre está aprendiendo y formándose, para adaptarse a los cambios, a la tecnología, a las situaciones peculiares de sus estudiantes, y a su contexto local.
En su identidad conectora, además de aprender, comparte el aprendizaje con otros docentes. Hoy más que nunca se hace importante el trabajo colaborativo y el liderazgo entre los equipos docentes. A raíz de las medidas de prevención y mitigación de la pandemia, en todo el mundo estamos frente a alumnos desescolarizados, lo que lleva a repensar y reinventar las aulas. Hay que ir más allá del concepto que tenemos de la escuela del siglo XX.
La situación nos ha encontrado poco preparados para el desafío de la brecha digital. Los estudiantes enfrentan escasa conectividad y carencia de dispositivos tecnológicos para aprovechar los recursos disponibles. El mayor desafío que enfrentan los docentes en los distintos países en esta nueva etapa es cómo usar los recursos digitales. Hay un grupo de profesores que estaban listos para usar los medios digitales, hay otro grupo que se adaptó rápidamente, y hay otro grupo que le ha costado más utilizar los medios digitales, está estancado y haciendo un uso muy básico de la tecnología, en cuyo caso las instrucciones para los alumnos han venido siendo una traslación de las instrucciones que se daban presencialmente.
Por ello, las guías impresas entregadas a los estudiantes acá en Guatemala, así como las clases por medio de la Televisión y la radio son importantes para llegar al área rural donde se carece de conectividad. Sin embargo, debe buscarse la manera de potenciar el acceso a internet y dotar de equipo tecnológico para la mayoría de los estudiantes, especialmente los más vulnerables del área rural. En Perú, por ejemplo, están implementando un proyecto para dotar de tablets, con batería solar y señal de internet satelital.
La nueva presencialidad posiblemente será un modelo mixto, trimodal, teniéndose tres posibilidades: a) Modelo clásico, o mantener la escuela como era con medidas de prevención y salubridad, b) Modelo virtual, o aprendizaje en línea utilizando plataformas y recursos digitales, c) Aprendizaje enseñanza virtual en la misma escuela o en algún espacio muy próximo a ella incluyendo salones municipales, bibliotecas, iglesias, para que puedan trabajar allí si en su casa no tienen equipamiento o personas que les cuiden.
Es momento de reimaginar la forma cómo se educa a los niños y jóvenes, más centrado en los estudiantes, enfocado en el desarrollo de destrezas, con un aprendizaje basado en proyectos y brindando más apoyo a los docentes. ¿Se vale soñar? El jarrón se rompió, podemos hacer uno nuevo, más moderno, que incorpore innovaciones y sea funcional.
https://elperiodico.com.gt/opinion/2020/05/14/el-jarron-se-rompio/
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