En la reciente ceremonia de Maestro 100 Puntos tuvimos la oportunidad de reconocer a los docentes cuyas prácticas en el aula están contribuyendo significativamente a mejorar la calidad de la educación, acción necesaria e importante para poder brindar un mejor futuro a nuestros niños y jóvenes.
La participación de Claudio González Guajardo, presidente de Mexicanos Primero, nos enmarcó en la importancia que tiene el reconocimiento social a los docentes y la valorización de la profesión, como un elemento clave para lograr mejores resultados en el aprendizaje y la formación integral de los estudiantes. Alcanzar educación de calidad es unos de los mayores desafíos que enfrenta Latinoamérica, nos comentó el Dr. González. Asimismo, mencionó que el peligro es que el rezago se convierta en definitivo si no mejoramos el desempeño de nuestros sistemas educativos.
Así pues, aunque hay varios elementos que contribuyen a mejorar la educación, fortalecer la profesión docente es una acción prioritaria, lo cual se traduce en cómo logramos tener buenos maestros y directivos de los centros educativos. Los estudios internacionales indican que la educación en un país solo puede ser tan buena como sus maestros. De allí la importancia de reconocer las buenas prácticas que están haciendo la diferencia en los centros educativos guatemaltecos, y muy especialmente en las escuelas rurales, donde los desafíos se magnifican.
Según nos expuso nuestro amigo mexicano, un maestro de excelencia es el que reúne las características siguientes: es experto en su materia y también en cómo impartirla; motiva a sus alumnos y despierta su interés y gusto por aprender; identifica necesidades y crea oportunidades de aprendizaje para todos, y fomenta valores a través del ejemplo, dentro y fuera del aula. También hace partícipes a los padres en el aprovechamiento de sus hijos y en la comunidad escolar; no deja de aprender nunca, consciente de que un maestro es siempre un aprendiz; lucha, sin descanso y contra viento y marea por un derecho humano básico: el derecho a una educación de calidad para cada uno de sus alumnos; y, es, ante todo, un gran ser humano.
Los maestros premiados este año presentaron proyectos para fortalecer la lectura, incorporan diversas estrategias para hacer interesante y entretenido el aprendizaje del idioma y fortalecer las competencias lectoras; también fue premiado un docente por hacer de la matemática un juego y otros destacan por proyectos en el área de productividad y desarrollo, buscando que sus alumnos sean emprendedores.
Los maestros que hacen una buena labor en sus escuelas son dignos de ser reconocidos como héroes, que están transformando la vida de sus alumnos y eso de por sí ya es motivo suficiente para un reconocimiento. A muchos les toca hacer sacrificios viajando largas distancias, dedicando tiempo adicional para ayudar a algunos alumnos que lo necesitan o buscando los materiales e insumos para impartir sus clases; su esfuerzo vale la pena. Difundir y replicar esos proyectos y buenas prácticas es el gran reto para nuestro país. Necesitamos que los más de 140 mil docentes desarrollen su labor con entrega, compromiso y la preparación requerida. Las acciones para lograrlo requieren políticas públicas como la carrera docente, fortalecer los procesos de formación y selección de docentes, ir pensando en cómo vincular los incentivos al desempeño, pero sobre todo a que toda la sociedad nos comprometamos a priorizar y fortalecer la educación. Los niños y jóvenes lo merecen.
Fuente: Siglo 21, 10/12/2014
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