"El maestro de finlandia" por Hosy Orozco (24/09/2014)

El maestro debe tener excelente habilidad comunicativa y empatía.

En la mayoría de países, cualquier joven que lo desee puede estudiar la profesión de maestro, y los salarios iniciales de un maestro se ubican en un rango intermedio hacia abajo en relación a otras profesiones. En estos países suele existir un alto porcentaje de graduados de maestros, que no logran insertarse laboralmente para ejercer esa profesión, por la sobreoferta de maestros. Por ello, padres de familia de sectores socioeconómicos medios y altos, prefieren que sus hijos estudien otras profesiones universitarias con mayor posibilidad de obtener mejores salarios.

Generalmente, debido al bajo salario de los maestros, estos se ven obligados a obtener más ingresos económicos acudiendo al pluriempleo, trabajando en varios establecimientos educativos en diversas jornadas, lo que supone enorme cansancio y un riesgo para la calidad educativa, pues sumando la cantidad de alumnos y tareas de aprendizaje que deben evaluar a la semana, generalmente lo hacen con menos dedicación y cuidado. Existen países, generalmente altamente desarrollados, que tienen un modelo diametralmente opuesto, donde no cualquiera puede ser maestro y el salario de un maestro es ligeramente menor al de los médicos y abogados, que son profesiones de las mejor remuneradas. Uno de estos países, altamente estudiado como ejemplo de dignificación de la profesión docente, es Finlandia.

En representación de la Gran Campaña Nacional por la Educación y a invitación del Ministerio de Educación de Guatemala, tuve la oportunidad de estar en un conversatorio con la señora Krista Kiuru, Ministra de Educación y Ciencia de Finlandia, donde nos explicaba parte de ese sistema de formación inicial de docentes que han generado, resaltando: tienen anualmente un número previamente establecido de espacios para estudiar la profesión docente en las universidades del país, número determinado por la cantidad de plazas disponibles y previsibles en el sector educativo en los siguientes años, asegurando que todo graduado se inserte laboralmente; por cada 10 aspirantes a estudiar la profesión docente solo uno es aceptado, siendo de las profesiones con mayores estándares y requisitos de selección; para seleccionar se ven méritos académicos, pero también se aseguran que los aceptados posean alta capacidad de comunicación, excelentes relaciones interpersonales y empatía.

Sumado a una fuerte formación académica, no necesitan formación permanente para suplir carencias.

 

Fuente: Hosy Orozco, Diario de Centroamérica, 24/09/2014

Fecha del Artículo: 
Miércoles, Septiembre 24, 2014

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