Estamos concluyendo un nuevo año y es importante reflexionar sobre lo positivo, lo negativo y lo que se puede mejorar. En el ámbito de las políticas públicas es necesario señalar los avances y los desafíos, especialmente a los 18 años de la firma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera, que puso fin al conflicto armado interno y dio paso a una nueva etapa en el desarrollo de la institucionalidad de nuestro país.
Entre los objetivos planteados en los acuerdos de paz se encontraba alcanzar un crecimiento económico de al menos 6 por ciento, que permitiese elevar el nivel de vida y mejorar el ingreso por habitante. Esta meta no se ha alcanzado. Aunque se ha mantenido un buen ritmo de crecimiento económico, que en muchos años ha estado por encima del promedio latinoamericano, el 3 y 4 por ciento alcanzado cada año resulta insuficiente para enfrentar la pobreza y especialmente la extrema pobreza, que aún afecta a una sexta parte de la población. Así pues, alcanzar elevadas tasas de crecimiento económico aún es una meta vigente que no debemos perder de vista.
En el ámbito económico, en los 18 últimos años resalta el crecimiento en el volumen y la diversificación de las exportaciones, ahora son más importantes las no tradicionales que las tradicionales. Los retos ahora son la innovación y apertura de nuevos mercados, buscando ofrecer productos que tengan demanda en el mercado internacional. Los sectores de telecomunicaciones y energía denotan un desarrollo importante que apuntala la competitividad del país y lo hace atractivo para la inversión. Entre los desafíos para este año que comienza se encuentra el crecimiento del gasto público y del nivel de endeudamiento, que podría convertirse en una pesada ancla para lograr una tasa mayor de crecimiento en el futuro.
En seguridad hay avances como la reducción en los índices de criminalidad, pero las acciones encaminadas a mejorar la seguridad ciudadana deben continuar y ampliarse para lograr con urgencia mejores resultados.
En cuanto a los indicadores sociales, a lo largo de estos 18 años se ha logrado mejorar la cobertura educativa de manera significativa. Antes de la firma de los acuerdos de paz, solamente 6 de cada 10 niños asistían a la escuela. En la primaria, la cobertura ha aumentado significativamente; ahora la mayor parte de los niños y niñas son inscritos en primer grado. Aunque, no todos concluyen la primaria; aún hay deserción en el camino. En secundaria la cobertura es menor que en la primaria; la mitad de los jóvenes en la edad asisten al ciclo básico de la secundaria. Uno de los grandes desafíos que deberá estar en la agenda es cómo mejorar los aprendizajes de los estudiantes. No están aprendiendo lo suficiente. Es en el sector salud donde se observan los mayores desafíos. Hay aún una elevada mortalidad infantil y un sistema de salud fragmentado y poco efectivo. La búsqueda de la transparencia en las elecciones y en la ejecución del gasto público en año electoral serán temas prioritarios.
Fuente: Siglo 21, 30/12/2015
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